Sobre nuestros motivos y el fin de la historia
¿Que es lo que nos motiva?, ¿que nos hace levantarnos cada mañana y cumplir con nuestras actividades diarias?. Estas podrían parecer preguntas existencialistas pero en verdad tienen mucho que ver con la economía por un lado y con la política por otro. Al preguntarle a alguien cuáles son las motivaciones de la gente, probablemente responderán que la gente quiere poder ya sea poder adquisitivo o poder político, simplemente las personas quieren incrementar su influencia sobre su entorno, situación y sobre otras personas; esta respuesta a mi parecer está incompleta, asumiendo que la gente quiere poder como lo definimos arriba, entonces ¿qué ganan con el poder? ¿qué es lo que hace que el poder sea placentero?, personalmente encontré mi respuesta en un libro que considero tan genial como fue y sigue siendo polémico llamado “El fin de la historia y el ultimo hombre” de Francis Fukuyama.
Francis Fukuyama es un liberal e irónicamente supe de la existencia de su libro gracias a nuestro comandante supremo en su a locución del 2010 ante la ONU, aquí el gigante eterno criticó el libro como parte de su permanente retórica anti imperialista y su autor publicó una buena respuesta. En fin el planteamiento del libro en cuestión reza que la historia tiene dos motores fundamentales: uno de ellos es la economía, mediante el avance de las ciencias naturales y por lo tanto de la tecnología se va moviendo la historia, de sociedades primitivas con modos de producción de subsistencia a modelos de producción capitalista actuales, el avance de la ciencia promueve el avance de los modos de producción homogeneizándolos al final.
si esa fue la vez que dijo lo del azufre.
El segundo motor de la historia seria lo que el autor llama “el deseo de reconocimiento”,para resumir la idea se establece que todo ser humano desea profundamente reconocimiento por parte de otro ser humano, quiere ser reconocido como un “ser humano” una criatura con un determinado valor y dignidad. Cuando sentimos que nos reconocen por nuestro valor y concuerda con nuestra propia percepción de nuestro propio valor, experimentamos el sentimiento de orgullo, y al contrario cuando sentimos que nos tratan por debajo de nuestra percepción de nuestro propio valor sentimos ira, y cuando nosotros mismos no llenamos nuestras expectativas sobre nuestro propio valor sentimos vergüenza.
Siguiendo esta linea de razonamiento la gente al buscar poder o influencia, no busca el poder o la influencia en sí misma, sino como un medio para llenar su necesidad de reconocimiento de su propio valor por parte de otro ser humano.
En su obra “La Republica” Platón describe a ser humano y establece que su alma está formada por tres partes, la parte que desea que lleva a los hombres a buscar cosas fuera de ellos mismos, la parte que razona que le muestra el mejor camino para obtener lo que desea, y por último está el thymos nuestra conciencia de nuestro propio valor y el consiguiente deseo de que este sea reconocido.En base a esta idea, un ser humano no solo busca satisfacer sus deseos como comida, seguridad, sexo etc, sino que busca satisfacer una parte de su alma que anhela el reconocimiento de otro ser humano, por lo tanto no somos simples agentes maximizadores de beneficio nuestros motivos siempre van mas allá.